21 ago 20203 Min. de lectura

Puebla, un lugar de riqueza arquitectónica.

La gente ama viajar y los lugares suelen estar encantados de recibir a los turistas, pero ahora que el mundo se ha puesto de cabeza una de las industrias más afectadas ha sido el turismo. Con esta nueva realidad el giro ha tenido que reinventarse y plantear nuevas medidas para sobrevivir mientras cuida a los viajeros.

No cabe duda que esta circunstancia afecta a la gente, diariamente recibimos llamadas preguntándonos sobre ¿Si ya se puede viajar a algún destino u otro? Por supuesto, el contexto de cada persona y cada destino son diferentes, sin embargo, una recomendación que en este momento hacemos, es la de viajar de forma nacional y cercana. En ese sentido para los habitantes del centro del país, una opción fenomenal es la capital poblana.

He de ser sincero, la realidad es que, a pesar de la cercanía, pasó mucho tiempo para que me animara a visitar la ciudad de Puebla, sin embargo, al hacerlo me llevé una grata sorpresa. En los libros de historia nos enseñan sobre la conquista de los españoles, a partir de ello, el desarrollo de la Ciudad de México, sin embargo, algo que no nos enseñan (al menos en mis tiempos) es que los españoles se asentaron en la región poblana y construyeron su propia ciudad, y no amigos, no sólo hablamos del tiempo de la colonia, también posterior a la misma.

Es por ello que, si uno visita el centro de Puebla, puede ver una ciudad casi perfectamente trazada, ya que en su mayoría conserva el diseño de sus calles, más bien cambiando la estructura de sus edificaciones.

Independientemente del punto de vista religioso, cuando nuestros viajeros recorren cualquier lugar en México, algo que no puede faltar es la visita a la iglesia, pues bien dice una leyenda urbana que podrías visitar en Puebla una iglesia diferente cada día del año. Y si bien, el dato no es preciso, sí nos da una idea de la cantidad de iglesias edificadas con distintos estilos donde predomina por supuesto el Barroco Novohispano. Su catedral es imponente, sin embargo, una de las construcciones más impresionantes es la capilla de la Virgen del Rosario, ubicada en el Templo de Santo Domingo, se distingue por estar decorada con láminas de oro de 24 quilates, una obra suntuosa.

¿Y dónde creen que está la biblioteca más antigua de toda América?

Así es, en Puebla. Fundada en 1646 por el obispo Juan Pablo de Palafox y Mendoza, la Biblioteca Palafoxiana aún conserva sus ejemplares originales y si bien, están resguardados, se pueden apreciar los libros que hay incluso en lenguas como caldeo, griego, arameo o latín, auténticos tesoros se encuentran en este recinto.

Pero no todo es del estilo colonial, si nos movemos apenas unos 25 minutos podemos acceder a la zona arqueológica de Cholula donde está Tlachihualtépetl o más conocida como pirámide de Cholula, nada más y nada menos que el basamento piramidal más grande del mundo.

Si bien, hemos dado apenas una probada de interesantes edificaciones del pasado, permítanme contarles que en el año 2016 Puebla inauguró el Museo internacional del Barroco, como ya imaginarán, no se escatimó en diseño, de hecho, se sometió a un concurso, ganando el proyecto el despacho japonés Toyo Ito and Associates. La edificación del museo es una obra de arte en sí, la cual merece un texto propio, por su parte el contenido es ilustrativo y divertido, mostrando el barroco en sus distintas facetas artísticas.

Y bueno, para rematar nuestra visita y no menos importante, cabe mencionar la rica gastronomía poblana donde por mencionar algunos, tenemos el mole poblano, los chiles en nogada, las chalupas, los molotes, cemitas, memelas, rajas poblanas, el pipián, entre otros.